martes, 3 de mayo de 2011

Periodismo de guerra

  Desde la Antigüedad clásica, la guerra ha sido contada y representada de mil modos. La Anábasis de Jenofonte es un espléndido reportaje de guerra. Cuando Julio César escribía laGuerra de las Galias la hacía llegar por entregas a Roma  para que sus agentes multiplicasen las copias y así se acrecentase su prestigio en la Urbe. A lo largo de la historia del periodismo podemos asistir a una íntima relación entre guerra y medios. Estos no son solo instrumentos de propaganda en el más amplio sentido del término, sino que también se ven beneficiados por ello. Por ejemplo, los periódicos neoyorquinos multiplicaron sus tiradas y se consolidaron durante la Guerra de Secesión americana. La CNN se convirtió en lo que es hoy gracias a la Guerra del Golfo. Durante la Guerra Hispanoamericana de 1898, William Randolph Hearst, magnate de la comunicación estadounidense, ordenó a uno de sus corresponsales en La Habana que permaneciera allí, y él mismo le mandaría una guerra que cubrir.

  El primer conflicto en el que se puso a prueba las conclusiones sacadas a partir de Vietnam, fue la Guerra de las Malvinas (1982). Tras la retoma de las islas, la Royal Navy británica envió a este perdido enclave a lo mejor de su flota. Pero además, dispuso un sistema de control de los periodistas. El ministerio de Defensa británico escogió a diecisiete periodistas, que serían transportados, alojados y atendidos en barcos militares. Además de confraternizar (y por tanto simpatizar)con los militares como consecuencia de la convivencia, los periodistas necesitaban de los medios tecnológicos de los navíos para enviar sus informaciones. Los periodistas aceptaron someter todas sus informaciones (que además eran escasas al estar enclavados lejos del frente y sus únicas fuentes eran los soldados) a la censura militar.
De esta manera se dio una imagen irreal de lo que fue la guerra de las Malvinas. Se ocultaron grandes derrotas y errores del almirantazgo británico, que, con el tiempo salieron a la luz tras la caída de la dictadura argentina. Este mecanismo recibiría posteriormente el nombre de el "modelo Malvinas" o se conocería, simplemente, como POOL.

  Durante la Guerra Irán Iraq (1980-1988) el Pentágono puso en marcha por primera vez el modelo de lo hecho por los británicos en las Malvinas. Grupos de periodistas se organizaron para acompañar a las naves de guerra americanas que patrullaban en aguas del Golfo Pérsico. Las reglas a las que debían someterse eran muy rígidas y fueron el antecedente de similares experiencias en Granada, Panamá y en la Guerra del Golfo de 1991. Entre ellas podemos destacar el carácter no competitivo de esta "asociación" de periodistas, en la que todo el material obtenido debía ser compartido y su obligación de someterse a las normas militares en todo momento, además de no poder transmitir ningún tipo de información fuera de los canales militares previamente establecidos. A partir de la invasión de Granada, los EEUU establecieron un pool permanente: National Media Pool. Durante los días de la invasión de la pequeña isla del caribe no hubo ni un solo periodista. El Pentágono prohibió su presencia con la excusa de que era peligroso. Esto causó el primer gran proceso de las Networks americanas (CBS y ABC) contra el Pentágono por incumplir la primera enmienda (el derecho a la información).
  Desde 1975 hasta la actualidad resulta difícil encontrar una guerra en la que los periodistas hayan podido informar libremente.

Periodismo de guerra en el siglo XXI
  El siglo XXI ha sido una época marcada por el boom de las imágenes de guerra en los medios de comunicación. Esta afirmación llega hasta tal punto que, durante los atentados del 11 de septiembre, la cadena CNN mantuvo “una programación especial sin precedentes de 141 horas de emisión ininterrumpida, casi seis días, sin publicidad ni programas habituales en la programación del canal”. Tras esto, comenzaron a difundirse videos de Osama Bin Laden en los medios de difusión. A pesar de que la Consejera de Seguridad Nacional de los EE.UU.,Condoleeza Rice, dictó una orden de supresión sobre los medios estadounidenses para que no se presentaran imágenes del terrorista sin permiso previo de la Administración, éstas continuaron apareciendo en los principales informativos.
  La creciente proliferación de imágenes violentas en los medios audiovisuales parece responder al hecho de que la violencia vende. Como afirma el psiquiatra Luis Rojas Marcos, "desde los principios de la civilización en casi todas las culturas, el hombre ha sentido fascinación por los relatos y escenas de violencia".

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