El
primer conflicto en el que se puso a prueba las conclusiones sacadas a partir
de Vietnam, fue la Guerra de las Malvinas (1982). Tras la retoma de las islas,
la Royal Navy británica envió a este perdido enclave a lo mejor de su flota. Pero
además, dispuso un sistema de control de los periodistas. El ministerio de
Defensa británico escogió a diecisiete periodistas, que serían transportados,
alojados y atendidos en barcos militares. Además de confraternizar (y por tanto
simpatizar)con los militares como consecuencia de la convivencia, los
periodistas necesitaban de los medios tecnológicos de los navíos para enviar
sus informaciones. Los periodistas aceptaron someter todas sus informaciones
(que además eran escasas al estar enclavados lejos del frente y sus únicas
fuentes eran los soldados) a la censura militar.
De esta
manera se dio una imagen irreal de lo que fue la guerra de las Malvinas. Se
ocultaron grandes derrotas y errores del almirantazgo británico, que, con el
tiempo salieron a la luz tras la caída de la dictadura argentina. Este
mecanismo recibiría posteriormente el nombre de el "modelo Malvinas"
o se conocería, simplemente, como POOL.
Durante
la Guerra Irán Iraq (1980-1988) el Pentágono puso en marcha por primera vez el
modelo de lo hecho por los británicos en las Malvinas. Grupos de periodistas se
organizaron para acompañar a las naves de guerra americanas que patrullaban en
aguas del Golfo Pérsico. Las reglas a las que debían someterse eran muy rígidas
y fueron el antecedente de similares experiencias en Granada, Panamá y en la
Guerra del Golfo de 1991. Entre ellas podemos destacar el carácter no
competitivo de esta "asociación" de periodistas, en la que todo el
material obtenido debía ser compartido y su obligación de someterse a las
normas militares en todo momento, además de no poder transmitir ningún tipo de
información fuera de los canales militares previamente establecidos. A partir
de la invasión de Granada, los EEUU establecieron un pool permanente: National
Media Pool. Durante los días de la invasión de la pequeña isla del caribe no
hubo ni un solo periodista. El Pentágono prohibió su presencia con la excusa de
que era peligroso. Esto causó el primer gran proceso de las Networks americanas
(CBS y ABC) contra el Pentágono por incumplir la primera enmienda (el derecho a
la información).
Desde
1975 hasta la actualidad resulta difícil encontrar una guerra en la que los
periodistas hayan podido informar libremente.
Periodismo
de guerra en el siglo XXI
El
siglo XXI ha sido una época marcada por el boom de las imágenes de guerra en
los medios de comunicación. Esta afirmación llega hasta tal punto que, durante
los atentados del 11 de septiembre, la cadena CNN mantuvo “una programación
especial sin precedentes de 141 horas de emisión ininterrumpida, casi seis
días, sin publicidad ni programas habituales en la programación del canal”. Tras
esto, comenzaron a difundirse videos de Osama Bin Laden en los medios de
difusión. A pesar de que la Consejera de Seguridad Nacional de los
EE.UU.,Condoleeza Rice, dictó una orden de supresión sobre los medios
estadounidenses para que no se presentaran imágenes del terrorista sin permiso
previo de la Administración, éstas continuaron apareciendo en los principales
informativos.
La
creciente proliferación de imágenes violentas en los medios audiovisuales
parece responder al hecho de que la violencia vende. Como afirma el psiquiatra
Luis Rojas Marcos, "desde los principios de la civilización en casi todas
las culturas, el hombre ha sentido fascinación por los relatos y escenas de
violencia".
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